Aprender, desaprender y reaprender

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

El sociólogo y futurólogo estadounidense, Alvin Toffler, señaló hace unos años que “los analfabetos del siglo XXI no serán los que no sepan leer y escribir, sino los que no saben aprender, desaprender y reaprender”.

 

Durante los últimos 20 años de vida periodística de mi querido amigo Carlos, de los cuales vengo compartiendo unos 15 años, juntos, a fuerza de prueba y error, hemos aprendido, desaprendido y reaprendido este hermoso abecedario que nos une por igual al campo y la ciudad.

 

Hemos aprendido a escuchar más, a interesarnos de aquellos problemas que aquejan a las familias agropecuarias de una amplia y heterogénea región. Hemos aprendido a expresar con vehemencia lo que nos duele como ciudadanos. Hemos aprendido a reírnos de nosotros mismos. Hemos aprendido a compartir momentos, reflexiones, amigos. Hemos a aprendido escarbar en cada entrevistado lo que le importa a quien está sintonizando “Mañanas de Campo”. Hemos aprendido a hacer el programa donde nos encuentre y aún enfermos, en plena pandemia de Covid-19.

 

También hemos desaprendido ser rígidos, por eso, cada tanto los espacios musicales van del folklore nacional al folk americano o al rock nacional, o nos transformamos en pícaros bromistas con el ingeniero Eduardo Sierra, para hacer más amena la introducción al informe meteorológico. Hemos desaprendido a ver como enemigo a quien no piensa como nosotros. Hemos desaprendido sentirnos en una eterna zona de confort. Hemos desaprendido ver a nuestro país en decadencia y gerenciado por un puñado de ladrones. Hemos desaprendido a disimular nuestros estados de ánimo y mostrarnos como somos.

 

Y, por supuesto, hemos reaprendido a sentir y experimentar el cambio como única constante. Hemos reaprendido a hacer de “Mañanas de Campo” -como señala el historiador Yuval Noah Harari- un programa de “pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad”. Hemos reaprendido a reinventarnos y a evolucionar domingo tras domingo. Hemos reaprendido a tener flexibilidad mental y grandes reservas de equilibrio emocional. Hemos reaprendido a conectarnos con los distintos públicos que nos escuchan. Hemos reaprendido a hacer visible lo invisible.

 

En fin, hemos reaprendido, una vez más, que el lazo de unión entre ustedes y nosotros es la palabra, porque junto al tono y el gesto, es portadora de todos los contenidos de la comunicación. Ella lleva el mensaje creador de la confianza y la fe necesaria para entablar un ida y vuelta creativo, sereno y lúcido entre ustedes, los oyentes, y nosotros.

 

Felicitaciones, Carlos, por estos 20 años, y un Gracias enorme, por esta posibilidad que me diste de estar junto a vos acompañándote en los últimos 15 años.

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