Los hechos se sucedieron en San Juan y en Punta Alta desde que la nena tenía seis años de edad hasta sus 10, entre los años 2011 y 2015.
El sujeto fue condenado por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser su autor
ascendiente de la víctima y por haber sido cometido en perjuicio de una menor mediante el aprovechamiento de la situación de convivencia preexistente.
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