Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo
El listado parece infinito, pero lo cierto es que a la fecha, uno por uno, hemos ido aceptando un montón de cuestiones que nos han ido poniendo a nosotros mismos, en la situación en que estamos. Mansedumbre, resignación, falta de actitud, apatía, podrían nombrarse muchas excusas más, pero lo cierto, es que el lugar a donde hemos llegado, es prácticamente un callejón sin salida.
En una de sus charlas el reconocido Gustavo “Licha” Lazzari apunta a la responsabilidad del sector privado, al haber naturalizado y haber consentido sin una verdadera rebelión, una decena de medidas que fueron maniatando, entorpeciendo, arruinando poco a poco el trabajo del productor, “ni en el propio medioevo ocurrían situaciones como las que le toca vivir al productor” relata mientras explica lo prácticamente inexplicable.
“A quién le cabe en la cabeza que si llueve, el productor no puede transitar y es multado, por un camino por el cual tributa varias veces –tasa víal, incentivo docente, impuesto inmobiliario, etc- y que ni siquiera es transitable en condiciones normales, no ocurre esto en ningún lugar del mundo cuya principal actividad sea la productiva” destaca en un video viral donde además enumera que “hay que hacer unos hacer 40 veces un doble clic para que un productor agropecuario pueda sacar su carta de porte. O unas 35 veces otro doble clic para que una empresa emita el COT, Código de Operación de Traslado, una norma de las administraciones fiscales provinciales que no tiene ninguna utilidad, que rompe los viajes, que rompe la logística todos los días a la mañana de todas las camionetas que salen en la Argentina. Hemos internalizado que cada partido de la provincia de Buenos Aires y cada distrito de cada lugar del país le tenga que pedir a cada camionero una serie de permisos para transitar el territorio. Hemos internalizado que un camionero tenga por lo menos 20 permisos para circular en un país que en el artículo 11 de su constitución, por la cual juraron todos los políticos, legisladores, senadores, jueces, dice que las mercancías son libres de tránsito. Las mercancías y los vehículos que las transportan”, describe indignado.
Todo hemos aceptado, todo hemos resignado, por eso este verdadero abuso al cual pretende someter el gobernador de la provincia a todos sus habitantes, es la gran oportunidad para que una vez por todas, entendamos que ni el gobernador, ni el intendente, ni los legisladores, ni los concejales, absolutamente ningún político, es el dueño de ninguna de las decisiones que los ciudadanos no estemos dispuestos a aceptar. Claro, siempre hablando de que esos poderes –como en el caso del inmobiliario provincial y de patentes- están por fuera de la ley, entonces no aceptando dicho importe, no estamos infiriendo ninguna infracción porque es ilegal de nacimiento. Rebelión fiscal es negarse a pagar un impuesto, aquí simplemente estamos “a derecho” y quien no está amparado en la justicia, es el propio gobernador.
No podemos seguir aceptando todo, no podemos seguir en silencio, no debemos permitir que una y otra vez, esta vieja política, absurda, abusiva, autoritaria, no democrática y poco representativa, nos siga impidiendo trabajar y progresar. No lo entienden, no pueden comprender que deben dejar de gastar, deben terminar con el reparto, deben bajar justamente la presión impositiva, para que el crecimiento no caiga en el agujero negro eterno, que ellos mismos han creado.
Nacen nuevos tiempos, de hartazgo, de madurez, de cambios, si de cambios de romper con 50 años de aceptación y mansedumbre, sin que nuestros derechos –los verdaderos, los de los ciudadanos que mantienen y viven bajo el amparo de la ley- hayan sido respetados de una manera seria y responsable. Se acabó el crédito, se acabó el reparto, es hora de terminar con toda la basura que hemos acumulado y sacarla para afuera.
A veces lo más simple nace de las propias definiciones: democracia, “Sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo”. Aceptarlo o que se vayan, el poder es nuestro y es momento de comenzar a ejercerlo.
(*) Mal pero acostumbráu - Frase de Fontanarrosa en sus cuentos de Inodoro Pereyra
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