Encontrar un equilibrio

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Es cierto no hace mucho dedicamos un editorial al tema trazabilidad, a las cuestiones de certificación y lo que significan, sobre todo para seguir realizando esfuerzos y ser competitivos en el mundo, nadie tiene más claro que el productor que a la hora de esos esfuerzos personales en la “tómbola” terminan siempre en el “todos ponen”. Pero a veces no está bueno el “populismo” dirigencial a la hora de encontrar un equilibrio cuando se trata de entender, cuáles son las cuestiones de importancia.

 

“Libres de deforestación” es una término que a todas voces suena pararancelario, pero sin embargo, cualquier comprador, desde el almacén de la esquina hasta el más encumbrado y exigente europeo, tiene derecho a exigir lo que se le ocurra a la hora de comprar, el problema, es puro y exclusivo del vendedor, si pretende llegar a ese mercado, el que paga, es el que exige, sino, a otra lado con la compra, así de sencillo. Claro, después quedará en una nebulosa, si extraer un eucalipto que no es autóctono es deforestar, hay una línea muy delgada a la hora de los parámetros.

 

Muchas veces llama la atención como la misma dirigencia, se convierte en populista a la hora de las exigencias, ya que las mismas entidades que a todas voces reclaman por la gratuidad o la voluntariedad de una trazabilidad- tan cierta y necesaria-reclaman y exigen que el productor, no está en condiciones de sumar más supuestos “gastos” a su sistema. Pero claro, ese mismo productor escucha como los mismos dirigentes, reclaman vacunar 10 años seguidos a un adulto contra aftosa, o piden que un novillo camino hacia la faena, reciba las vacunas necesarias para que el consumidor disfrute de los residuos de la inoculación, sin importar que el bolsillo sea el mismo que protegen para algo tan fundamental, como la trazabilidad de un futuro producto alimenticio. Señalo con un dedo y escondo los otros.

 

Cómo van a exigir cuestiones ambientales? Reclaman y preguntan. Cómo vamos a tener que identificar todos nuestros animales? Y por qué no? sería la pregunta Por qué no saber que vacunaciones, que tratamientos, donde fue adquirido un ternero o cuándo fue castrado o inseminado un animal para tener el dato concreto a la hora de luego consumirlo? No entendemos que producimos un alimento, o solo seremos eternamente criadores de hacienda sin valor agregado? Todo es discutible, todo es debatible, pero a veces llama la atención lo dirigidos que son algunos de esos debates.

 

Si cualquier externo al sistema mirara los gastos del DTE que implica sacar este permiso de movimiento para un animal cualquiera sea su destino, pegaría el grito en el cielo, al ver los gastos que asume un productor con cuestiones que “curiosamente” avalan los mismos dirigentes. No sería bueno comenzar a revisar qué significan los mismos, que aportan y si es lo que realmente necesitamos cuando muchos de esos gastos van destinados a una parte que es integrada por las mismas entidades? Hoy todo está en debate, todo debería revisarse, sin embargo, todo termina siendo conveniencia y no encontramos el equilibrio de cuáles son las cuestiones en las cuales todos deberíamos ponernos de acuerdo.

 

No se trata de “agradarle” a los productores, no es cuestión de que supuestamente “gasten menos”, sino se trata del bien común, cuando estaría bueno pelearse con los frigoríficos para que no sea un eterno “la ñata contra el vidrio”, cuando las cuestiones importantes son conseguir mercados haciendo que nuestro productores estén a la altura, que nuestro productos sean intachables pero para eso, primero debemos ser claros, desde que nace un animal hasta que se sube en forma de bife arriba de un plato.

 

El mayor ejemplo sigue siendo “la vaca China”: quien elige sangrar, quien piensa en la sanidad de su rodeo, quien busca ser libre de una enfermedad y hasta quien simplemente hace un análisis para poder vender su vaca a China, tiene el rédito de una diferencia de valor, a veces más o a veces menos, pero siempre tiene la diferencia. Por eso, la trazabilidad, la certificación, la sanidad y el sentido común, no puede ser abordado por conveniencia de las fundaciones o entidades quienes en ciertas cuestiones, no deberían siquiera tener voz ni voto, no puede ser puesto en el populismo de quedar bien por protestar, mientras que para el resto, miramos para un costado. Equilibrio, entre la lógica y los negocios.

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