Octubre, el mes donde todo nace

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

“A pesar de todo, sos capaz de percibir lo que ocurre al costado de la ruta??” me pregunta un amigo, sabedor de los kilómetros recorridos, de las horas de manejo y ese estado en que a veces vivimos, donde a nuestro alrededor ocurren “cosas” y nuestra vista parece siempre perdida hacia otras miradas y pensamientos.

 

Octubre sin dudas es uno de los mejores meses del año, es donde confluyen las mejores temperaturas, el calor del día sin sofocarnos, lo fresco de las noches que nos permiten disfrutar esa enorme luna que por estos días, se empecina por ponerle claridad al cielo en el medio de los campos. La vieron? Seguro que si y si no lo han hecho, los invito a dejarse llevar, busquen así sea en la ciudad, un lugar y un tiempo para que los haga soñar por un rato, quién no lo hizo alguna vez al mirar la luna?

 

Claro, “con lluvia es robo” dice algún paisano, sabedor de que en las últimas semanas no solo cambio la cara y el ánimo de muchos, entendiendo de que al menos por un tiempo, ese sufrimiento sin final parece haber llegado a su fin, para que quien haya sembrado sepa que habrá cosecha, para quien siembra hay un futuro por delante y el ganadero, qué decir si el pasto es el gran motor de nuestras vacas, esas mismas que si hoy aún no se fueron del campo, pasaron tal vez los dos peores años de la historia o si no lo fueron, pelearán en los primeros puestos.

 

Lluvia dije, esa que trae nacimientos, rebrotes, esperanza. Por eso es Octubre el día de la madre tal vez, porque nos trae siempre un sueño por nacer, porque nos da la esperanza de sembrar y cosechar, porque sabemos que en cada vaca existe la posibilidad de un futuro ternero. Octubre, es un mes diferente, en el nacen flores en frutales, hay aromas en el aire, hay menos tierra y menos viento, hay vida y de eso, se trata todo esto.

 

Octubre me suele traer recuerdos, porque de ellos hemos construido nuestra historia y en esos olores y mañanas, están los abrazos de una abuela, donde llegar a casa los olores siempre sabían a buena comida, al amor de quien te espera para brindarte en un plato, la contención y la alegría de poder compartir una comida. “Hogar no son cuatro paredes” dice una canción, “tu casa es ahí donde te quieren” remata.  Tal vez, la “nata” de la tía Ñata para jugar con las letras de esa misteriosa crema tan deseada, esa misma que brindaba amor de madre, sin haberlo sido, porque con ella aprendí que ser “madre”, no necesariamente es parir un hijo, es tal vez más fuerte aún, ser capaz de brindar amor a quienes nos rodean y sentirse “familia”, eso que nos enseña la naturaleza, donde muchas veces majadas, rodeos, manadas, son una comunidad de madres cuidándose unos a otros.

 

Los recuerdos infinitos a esas mujeres de las que poco conocemos, basta con remontarme al club donde jugué, al barrio donde crecí, en la escuela, madres que daban todo por esos chicos a quienes atendían, abrazaban, alimentaban y alentaban sin ser sus hijos pero sintiéndolos.

 

Por eso hay definiciones que a veces van más allá, “La palabra madre significa ser todo, significa amor, desvelo, lágrimas, alegría, sacrificios, significa cambiar la vida de una mujer, su tiempo y forma de pensar, ya que entregan todo su corazón y todas sus fuerzas aun cuando no la tengan” una hermosa manera de describir cientos de mujeres que conocemos y que este Octubre nos trae de regalo, para recordar y saludar, no solo a las que nos trajeron a este mundo, sino a todas aquellas que de una manera u otra con su corazón, fueron capaces de ser madres de muchos niños, hombres y mujeres de la vida.

 

A todas, feliz día.

Escribir comentario

Comentarios: 0