Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo
Por estos días escucho la palabra continuamente, son esos “deyavu” que como dice un amigo, “la matrix te dispara” para que entiendas que las cosas, vienen por ahí. Claro, pongo la televisión y en el canal de noticias, un analista económico habla del “proceso que estamos viviendo para seguir acomodando la macro, mientras que poco a poco haya señales de recuperación”.
Pienso en el camino, y cuántos en este proceso van quedando a pie, porque es cierto que la macro se va acomodando, pero estaría bueno que la mayoría, pueda no perder ese tren llamado “mes a mes” que vive cada uno en sus hogares, en su laburo y en su vida diaria. Le doy igualmente “la derecha” a este asunto, basta ver cómo se va planchando la inflación, como se achicó la grieta cambiaria, como aparecieron los créditos con Bancos que ya no viven de la timba, sino como cualquier otro en el mundo, el negocio debe repartirse, prestar plata para que te la devuelvan. Algo mínimamente más sano, que los últimos 20 años de locura. Ojalá que “el proceso” nos deje a todos en el lugar que todos esperamos.
Y el campo eternamente vive “en proceso”, porque pocas veces depende de si mismo, o más bien, la eficiencia, el manejo, el conocimiento, el hacer bien las cosas, son su mayor responsabilidad, pero clima, economía y mercados, no son manejables. Ahora cuando además vivis con retenciones, no existe el crédito accesible productivo, no hay incentivos externos y además hay cierta manipulación de precios, presiones y otros, la cosa se complica. Y ahí vamos, “hoy hay una mirada diferente del sector que no solo se queda en la queja de las retenciones sino la entiende como un proceso de cambio hacia una producción más estable” explica un dirigente de una entidad ruralista, para que la paciencia de quienes producen no se agote y sepan esperar el momento, claro para eso varios “la parieron” con la sequía, con la chicharrita y con todos los males cuyo “proceso”, no tiene en cuenta.
Y sí, la política vive un “proceso” mientras vemos al innombrable del gobernador de la provincia, subir una vez más el impuesto inmobiliario, no entendiendo que hay un cambio urgente que se necesita de parte de todos aquellos que conforman la “casta” no castigada por Milei, quienes siguen pretendiendo gastar lo mismo, sostener el sistema y cagarse en todos los que día a día, nos estamos sacrificando para que este bendito país, cambie su mirada donde tenemos que mantener miles de tipos, que no son capaces de generar absolutamente nada. Un proceso interminable y eterno, cuyo final no promete justamente una buena llegada.
Y claro, después de todo esto, seguimos nosotros, cada uno en nuestros procesos, esperando también los procesos ajenos, intentando entender que en esta montaña rusa llamada vida, todos estamos en la misma, sobreviviendo, intentando avanzar y mirando de reojo que tal vez, más de uno de nosotros, nunca vea los resultados de dicho “proceso” porque hoy o mañana, la vida te da sorpresas.
Por eso un amigo que paso por una de las pruebas más difíciles de una enfermedad que nadie quiere nombrar, me dejó por estos días una canción que habla de “tres cruces de madera al costado del camino” y una frase que resume muy claramente, que la vida, como el camino, como el proceso, no son nada si durante su recorrido, no sos capaz de entender que lo que importa no es el resultado ni la llegada, sino justamente, lo que va ocurriendo mientras tanto, como dice la canción: “No es lo que te llevas cuando dejas este mundo atrás, es lo que dejas atrás cuando te vas”.
Economía, política, campo, trabajo, vida misma, que la mirada en el proceso no sea tan larga que en el camino, te quedes sin nada.
Escribir comentario