La suma más poderosa

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

La cosa sin dudas funciona, lo que para muchos a veces parece imposible, otros lo pronostican con poca vida por delante y hasta muchos descreen, lo cierto es que funciona y tal es asi, que al contrario de lo que muchos predicen, son otros los que van quedando en el camino, por no entender el cambio de los tiempos, por no bajar algunos “egos” poco comprensibles y si a todo eso le sumamos un País que poco a poco va abriendo sus puertas, las posibilidades comienzan a acrecentarse.

 

Sumar siempre sumar, es la propuesta que han entendido muchos, asociándose entre sí, ya es común ver formatos de remates por ejemplo que llevan muchos años, creciendo, apostando, sumando éxitos y dejando ver que lo muchos miraban –y aún lo hacen, sin siquiera buscar los motivos del buen funcionamiento- hoy sin dudas, está claro que es un camino sin retorno. No hace mucho, una consignataria primero con un remate televisado, hace poco otra aquí en la zona con una familia tradicional de haciendas y así, todos entienden que hay que sumar, en estos tiempos no hay lugar para miserias o especulaciones, muchos de los que no lo ven, no solo quedan afuera, quedan fuera de sistema directamente.

 

Sabido es que en tiempos de crisis, muchos deciden el camino de cerrarse, abroquelarse, “resistir” o intentar superar esas crisis en soledad, son tiempos donde “el individualismo” es visto como una gran virtud, como cierto empoderamiento de las personas, cuando sin embargo, el pelear espalda con espalda es uno de las más viejas estrategias de lucha, de guerras y de contiendas, el saber que hay “otro” para apoyarnos, para poder descansar cuando se siente que las fuerzas te abandonan y allí nace eso de “emparejarse” para superar cualquier crisis.

 

Exportar en Argentina siempre fue una quimera, hablo no de exportadores, ni siquiera de grandes Cooperativas que terminan siendo grandes empresas, hablo de vecinos, hablo de colegas, el simple hecho de poder hacer acuerdos, sin caer en esto de que al final, no te quede nada y que siempre el negocio lo hagan otros. Con esto no desprecio ni unos ni otros, simplemente desnudar esto que ocurre en cualquier lugar del mundo, aquí es imposible, primero por los propios, “asociarse?” preguntará alguno descreído, mientras que en estos días tal vez, 7-8 o 10 vecinos, todos terminan pagándole a un mismo contratista que vino de 1000 kms, cuando tal vez, otro vecino o juntando todos, podrían tener sus propias herramientas. Pero aquí, con nuestra mirada, con nuestras costumbres, lo de “las medias” aquí siempre es “para los pies” dice un dicho bien Argento.

 

Estará el día que aprendamos a confiar en el otro, pero sobre todo, en el poder del otro, en su capacidad, en su generosidad, en sus virtudes, esas que muchas veces alguno cree que son propias y de nadie más, como si dos cabezas, no pensaran más que una. Proyectar, es una palabra más fácil cuando quien lo hace, es más de uno, una visión más amplia, más abarcativa.

 

Son tiempos difíciles, son momentos de grandes desafíos a veces para quienes no saben de grandes contiendas, y la única manera de afrontarlas, es con sumatoria, esa cuenta tan sencilla de que “uno más uno” es dos y si son más, más grande es la cuenta y el respaldo, ejemplos sobran, muchos a esta altura deberían comenzar a desandar su propio camino de críticas y comenzar con la humilde pregunta que solo “la grandeza” es capaz de realizarse: “qué es lo que hacen para que les vaya bien?” sería un buen comienzo para los que aún creen que de las crisis, no nacen oportunidades y que no hay nada mejor que aislarse y dejar afuera a quienes realmente están dispuestos, a darlo todo por el otro.

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