Y vos, de qué lado estás?

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Las ideas se entrecruzan, los pensamientos van y vienen, el debate está a flor de piel y las mil cosas por decir parecen atragantarse una tras otra. Hace apenas una semana el tema recurrente, eran las retenciones, aquí mismo, en este teclado la duda era cómo salir de un desorden de años para que el consabido beneficio, sea tal y no que las consecuencias del “tapón” impuesto por años, provocara un desorden en la salida.

 

Ya está, el diario del lunes es hoy y hubo anuncio, como nunca se vio antes, el arco, lo corrieron a favor del productor. Raro, rarísimo, quien sembró con 33% va a cosechar con 26,5%, quien lo hizo con 12%, va a cosechar maíz con 9,5% y así girasol y así trigo que se venda o cebada en el silo bolsa. Exactamente alrevés de las mil veces, por clima de “nalgas”, por mercado planchado, por lo que sea.

 

Sin embargo, no, la queja surge: “que no son permanentes, que son hasta Junio, que no las eliminan, que es son anuncios para quedar bien”. Es verdad? Si es cierto, todo eso es cierto, pero no ponerse en el contexto del país, no entender la situación respecto a los demás, no ver que este sector tiene un Presidente que acude a todas sus exposiciones, que si se le pide, “algo te da” es extraña la queja, es por lo menos para empezar a plantearse, “quiénes son los que se quejan?”. Hecha la pregunta, me voy a tomar ciertos atrevimientos, exponer pensamientos en voz alta, que muchos, pero muchísimos de “los de mi barrio”, seguramente van a coincidir.

 

Y como en todo juicio, siempre el derecho de defensa, está por delante, por eso me voy a ir atajando. El campo es muy diverso, “de qué hablamos cuando hablamos del campo?” es una pregunta que mi amigo Gustavo repite continuamente y no se trata de grietas, de brechas o de chicos o grandes, se trata de que hay decenas de producciones, hablamos del campo cuando sembramos trigo, cuando criamos vacas, cuando alguien seca la yerba, o simplemente, extrae una naranja de una planta. Eso, es producción agropecuaria. Por eso vuelvo a la pregunta, quién se queja y de qué?

 

Allá por la 125 quedó algo muy claro: la única revolución posible, fue un conjunto de cuestiones que una sola vez confluyeran, pero bajo al bandera de las retenciones móviles y el evidente perjuicio al sector sojero, provocó el tal vez, más importante levantamiento del sector, hacia un gobierno de turno. Después de eso, no hubo más nada. Nada, ni los cien Roes y cupos al trigo y al maíz, que Moreno, Massa y compañía impusieron muchas veces. Ni el cierre repetido a las exportaciones de trigo de Cristina y compañía. Ni “el comernos hasta la última vaca” de otra vez Moreno y vaya a saber qué Ministro de Economía. Ni el destrozo a todo el interior productivo, ni nada, de nada de nada. Entonces, habrá productores disconformes de trigo que cuando sus números los hicieron con el 12% y hoy vendan a 9,5% estén disconformes? Alguna vez hubo un fuerte levantamiento porque durante más de 30 años destrozaron la industria del cuero por no poder exportarla? El maíz es menos importante que la soja a la hora de producir? O acaso alguien está preocupado por lo que ocurre con el tabaco, aunque quien escribe y el 95% o más de los que se dediquen al campo no tengamos ni la más mínima idea de que es una de las producciones que mejor protege su intervenciones?

 

Dicho todo esto lo diré muy suelto de cuerpo: no quiero retenciones, quiero retenciones cero, pero en el mientras tanto, celebro fuertemente la quita de retenciones a gran parte de la matriz productiva, esa que entiende que el campo no es, no debe ser y no debería ser solo soja, un cultivo que sin dudas, no tiene la culpa de generar una brecha que la agigantan quienes la defienden ciegamente sin entender que el campo es mil cosas más y además, soja. Tan necios podemos ser? O si no lo somos, tenemos que pensar que su defensa a ultranza, tiene otras cuestiones por detrás? Desconozco, no afirmo ni acuso, solo intento comprender, más aún cuando la diversidad, es una de las grandes riquezas del suelo argentino, de su clima y de sus mercados.

 

Vuelvo a mi sudoeste, sin retenciones a la vaca China, sin retenciones al cuero, sin retenciones a la carne ovina, con baja de las mimas al trigo, a la cebada, al maíz y al girasol. Tal vez, solo tal vez el día que el “campo” –y ahora si generalizo- defienda ciegamente estas producciones, tal vez y solo tal vez, me preocupe que la soja sea un cultivo caro de producir a la hora de tributar. Mientras tanto, seguiré disfrutando que por una sola vez, corran el arco, a favor de la producción.

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