Cuando lo demás es lo de menos

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Ayer finalizó una semana muy loca en nuestro país y en el mundo. A partir de hoy se inicia otra en la que muchos anhelamos sea con más racionalización; pensando más en desarrollarnos sin aplicar fórmulas que nos sumerjan en el pasado y poniéndole rostro humano a todo lo por venir.

 

La llegada de divisas frescas del Fondo Monetario Internacional y de los organismos multilaterales, el levantamiento del cepo, no son fines, sino medios para avanzar con racionalidad y disciplina por sobre la rebelión incontrolada que algunos sostienen como bandera porque han perdido el poder. También la racionalidad y el sentido común debe instalarse de una vez por todas en un Gobierno que hasta ahora no ha sido prolijo en algunas cuestiones y mucho menos cuando debe tratar con sus aliados y adversarios políticos en la búsqueda de consenso. La inteligencia del liderazgo es lograr más compatibilidad con las neuronas y no con las hormonas.

 

Aún queda un largo camino por recorrer para llegar al destino que perdimos hace casi 100 años. Desde entonces, no hemos parado de sumergirnos en un mar proceloso, donde la falta de ética en los diferentes liderazgos, la corrupción, el desmanejo de la cosa pública, han sido moneda corriente y nos han traído a esta playa llena de arrecifes que aún laceran el tejido social, económico y político de nuestro país.

 

A medida que se vaya despejando el camino de los obstáculos que jalonan su recorrido, quienes accedan en lo sucesivo al inquilinato del Poder Ejecutivo, como así también quienes ocupen el Poder Legislativo y Judicial, deben propugnar ya no sus intereses y apetencias personales, sino el desarrollo constante, que no son números, sino la felicidad del pueblo.

 

Esto ya lo propuso en toda su obra el premio Nobel de Economía 1998, el indio Amartya Sen, quien dedicó su vida a revisar lo que es el desarrollo económico de una sociedad y a demostrar que éste es improbable si no sirve para que la gente viva mejor.

 

El doctor Sen sostiene que el dato clave es la capacidad de funcionamiento de las personas en la vida, de qué manera el contexto le permite o no satisfacer sus necesidades de nutrición, salud, vivienda, educación, participación, autoestima. Según esta visión existe progreso cuando esas capacidades de las personas se realizan.

 

Por eso, sin desarrollo social es imposible un desarrollo económico sostenido y demuestra que los países exitosos económicamente han efectuado fuertes y continuas inversiones en la realización de estos objetivos acumulando así “capital humano”, la clave del crecimiento de una sociedad y de su competitividad.

 

De acuerdo con esta aseveración del doctor Sen, en nuestro país queda muchísimo por hacer para recuperar lo perdido en varias generaciones. Sólo nos falta que la dirigencia en todos sus niveles deje de robar, de mentir, y comience a hacerse cargo de sus acciones. El trabajo duro y pensando en la gente dignifica. Si quieren figurar en los libros de historia, simplemente sigan estas catorce reglas que hace y sigue haciendo grande el trabajo de una entidad que ha cambiado la forma de producir y de pensar, como lo es AAPRESID: Ser reflexivos, es decir, ante las dificultades hay que razonar y cambiar si corresponde; ser generosos y compartir las experiencias; ser visionarios, es decir, aprovechar las oportunidades sin miedo al futuro; tener valores, porque cuándo no se sabe qué hacer, se debe hacer lo que corresponde; ser entusiastas, sentir el orgullo de pertenecer; tener coraje y defender siempre la verdad; comprometerse y ser personas de acción; tener visión, porque lo único modificable es el futuro; ser optimistas, porque hay que ser parte de la solución y no de los problemas; ser responsables, es decir, hacerse cargo; empoderarse, capacitarse, para ser protagonista del propio destino; ser innovadores, porque hay que tener en cuenta que los paradigmas cambian; ser solidarios; y finalmente, ser patriotas. Líderes y ciudadanos de este país, si seguimos estas catorce sentencias, lo demás será lo de menos…

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